Quiero ser A que cause B

Podemos producir un tipo de relaciones sociales diferentes, acelerando el conflicto entre individuo y colectivo. Olvidémonos por un momento de la música y de los músicos y produzcamos un ruido social que cancele la fetichización de sonidos abstractos. Vayamos juntos hacia lo no deseado (musicalmente, estéticamente, socialmente.)
- Mattin

El mundo no es ni pronosticable ni preciso. Yo como observador ignorante al caos no soy el que produce la inestabilidad o la impronosticabilidad: ambas características existen por sí mismas. Hace poco pensé en todo esto cuando una mañana decidí usar sandalias aunque el pronóstico del clima indicaba más del 45% de probabilidad de lluvia. Utópicos deseos humanos de crear patrones donde no los puede haber.

Ya hemos visto al caos natural destruir lo que parece indestructible. También hemos visto al caos orgánico y silencioso transgredir el rumbo social.

Circunstancias verdaderamente inciertas son las que afectan nuestros procesos de realidad, ellos dependen de un enorme conjunto de circunstancias inciertas. Soy partidario de los efectos circulares: A causa B, y B causa A.

Son los individuos los que afectan al colectivo de mentes, pero son esas mentes las que influyen directamente en los procesos de cambio individuales. Evitar que el colectivo se re acomode en una zona de confort es parte de la responsabilidad del individuo. Avanzar en conjunto, provocar caos, descontrolar a la masa, incomodar al poder fáctico. Entender que lo impredecible es un factor de cambio social casi impecable. 

Quiero ser A que cause B. Quiero pertenecer a B para causar A.


Seamos caos.






One thoughts on “Quiero ser A que cause B

Anónimo dijo...

Es curioso como algo tan cotidiano como unas sandalias puede detonar una reflexión tan importante.